En el reciente II Congreso Ciudades Amigas de la Infancia, organizado por Unicef, pudimos disfrutar de las estupendas intervenciones de José Antonio Corraliza y de Josep Muntañola.
Para mejorar la calidad de los intercambios en los espacios públicos, Corraliza propone diez indicadores:
1. Espacio saludable.
2. Adecuado nivel de mantenimiento.
3. Espacio seguro. Una seguridad conseguida a través del control de la escala humana.
4. Equilibrio entre legibilidad y misterio.
5. Escala intermedia. De nuevo la escala humana, esencial en el diseño de la ciudad.
6. Espacio con adecuada mezcla social, de usos y usuarios.
7. Espacio productivo que promueva lugares de encuentro.
8. Espacio recreativo.
9. Espacios atractivos. En los que se debe gestar la memoria emocional.
10. Evaluación y gestión de espacios públicos.
Creemos que estos indicadores se pueden considerar también una clave para lograr una ciudad para todos, una ciudad accesible.
Josep Muntañola, por su parte, nos ayudó a repasar algunos de los autores más influyentes al hablar de una ciudad amable. Desde Lewis Mumford a Walter Benjamin, pasando por Paul Ricoeur, numerosos autores han dado las claves de la estructura emocional del espacio urbano, un aspecto esencial para la comprensión de la relación entre infancia y ciudad.
Fue un estupendo descubrimiento conocer a Heike Freire, que moderó la mesa y que aportó un discurso que completó la visión de infancia y ciudad con la necesidad del contacto con lo natural, para hallar un adecuado equilibrio. Heike expresa su pensamiento en: www.educarenverde.blogspot.com.es
Desde eCapaz creemos que una ciudad pensada para los niños sería lo más parecido a una ciudad pensada para todos, ya que la calidad de vida en la infancia es uno de los principales indicadores de calidad en el medio ambiente urbano. La infancia es un indicador ambiental imprescindible para las ciudades para todos.
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